SENDERISMO CARCER

Montaña y Asfalto

Después de 6 horas y un cambio de sentido llegamos a Torla en busca del parking para dejar el coche y subir al autobús que nos dejaría en el inicio del Parque de Ordesa.

Ya estamos los siete magníficos en el valle y decisión acertada o no, lo primero que haremos es comer, pues nos quedan unas cuatro horas para llegar al refugio de Goriz.


La llegada al refugio tiene que ser antes de las 18 horas para garantizarnos la cena. Una vez alimentados emprendemos por un camino frondoso que te impide ver el cielo y tan solo se escucha al margen derecho el agua que lleva el rio... gente, mucha gente nos encontramos sobre todo de bajada y es gente que ha venido a pasar el dia en el valle y de vez en cuando se ve bajar a gente con mochila y se aprecia que vienen de bajar de alguna de las rutas que el Parque te ofrece, además se les ve con cara de agotamiento.

Instantáneas a izquierda y derecha pues es la primera vez que me encuentro en ese lugar y cualquier cosa que se mueve es inmortalizado en la cámara.


La subida es acusada y el ritmo que impone Manolo y Toni desde el comienzo era tremendo y es que imponer un horario de llegada y mas de tema de comida a Manolo es mortal, diría que imposible de seguirlo.

Al final después de casi 2 horas llegamos al valle donde abandonamos el camino frondoso y es cuando de verdad se aprecia el sitio.



Seguimos mas adelante y al cabo de unos 15 minutos nos encontramos de frente con la famosa “Cola de caballo”. También vemos el cielo como se esta encapotando y el color de las nubes grisáceo hace presagiar que el pronostico de lluvia y tormenta eléctrica que amenazaba toda la semana se va a cumplir.


Ahora viene el temita. Cruce bien indicado con una señal donde claramente indica: Izquierda, refugio por clavijas o derecha por senda de los mulos. Iniciamos la subida por clavijas unos y por senda el resto del grupo (es lo bueno de poder elegir sin que se enfade nadie), al final vamos todos al mismo sitio y sin perdernos de vista unos de los otros.


Las clavijas se tratan de una trepada nivel II donde apenas hay peligro pero si hay que tener un respeto al ascenso (otra cosa es bajarlas).

El atajo es enorme pues se trata de lo menos unos 45 minutos mínimos de ir por un sitio o por otro.


Ahora en este momento el cielo pasa de ser gris oscuro a negro y empiezan las primeras gotas que nos obliga a enfundar la mochila y a ponernos el chubasquero. Seguimos unos minutos mas y el primer estruendo rayo incluido hace que me acojone de verdad. El retumbe que ha hecho y el valle que lo ha magnificado ha hecho que aquello se pareciese al fin del mundo, pero no contento con esto empieza a granizar y que granizo esta cayendo y sin poder encontrar ningún recoveco para refugiarse. Me estoy poniendo las polainas y al mismo tiempo nervioso porque no se esto en que puede acabar.

Se ve a lo lejos el refugio y Toni que va tirando delante le viene el subidón que pronto le baja pues le acabo de decir que todavía esta lejos aunque lo veamos ahí cerca.

Lo primero que hacemos es buscar sitio y montar las tiendas bajo la lluvia que nos esta cayendo encima. Nos mojamos lo justo pero ya están montadas ahora toca entrar en el refugio y advertir que seremos 7 para cenar. El refugio repleto hasta los topes.


Entramos y después de acreditarnos con los pases federados, tenemos que esperar al turno de las 20 horas.

Risas y anécdotas de lo ocurrido en el camino hace que el tiempo nos pase más deprisa.

Por fin, nos toca cenar y primer plato (pasta), segundo plato (ensalada), tercer plato (lomo con patatas) y postre (mouse de limón).

Toca retirarse y sigue sin parar de llover y nos metemos en la tienda. Toda la noche lloviendo y truenos. Sobre las 3 de la mañana la tormenta se acentúa más y llueve a cantaros. La temperatura bajando, tan solo cierro los ojos y pienso, que sea lo que dios quiera, mañana más.

Diana a las 6,30 y el cielo empieza a despejarse. Recogemos tienda y dejamos en las taquillas del refugio todo aquel material que no nos hace falta y así aligeramos peso.

Empezamos a subir y por delante de nosotros van un grupo de unas 9 personas de origen francés y tiramos detrás de ellos alcanzándolos media hora mas tarde incluso nos hacen el pasillo con los palos en alto y en ese momento Manolete se tira a la boca un gel de frutas para que los franceses piensen que los adelantamos por que vamos dopados…


En un momento que descansamos y aprovechamos para cambiarnos de ropa los franceses nos vuelven a pasar y nos encontramos en una zona de trepaje fácil donde aquí ellos viran a la izquierda en busca de la famosa escupidera y nosotros a la derecha por una empinada pedrera que parece no terminar nunca.

Según vamos ascendiendo la temperatura baja mas hasta llegar a la cima de Punta de Escalera en una temperatura de 4ºC que nos obliga a sacar nuestros mejores trajes para cubrirnos, guantes incluidos.

Para sorpresa mayor, Manolo se saca de la mochila un Gran Reserva para la ocasión, menuda flipada, que tío!!


Ya terminamos de almorzar y vemos enfrente de nosotros el segundo objetivo que es el Monte Perdido.

Aquí las cosas ya se complican pues nos encontramos con tres trepadas de dificultad III+ que hasta ahora para nosotros no nos dice nada, pero una vez allí ya entendemos un poquito lo que quiere decir esto y después de dos intentonas nos vemos obligados a volver sin poder hacer cima.

Regresamos por el camino de ida hasta llegar otra vez al punto de partida y mirando de reojo al Monte Perdido, consensuamos en que podemos hacerlo y tiramos hacia delante, pero a los pocos minutos de ascenso nos damos cuenta que no llevamos agua suficiente como para estar 4 horas mas por arriba y decidimos regresar al refugio donde nos quedaban una hora larga mas cuatro de regreso hasta el autobús que nos llevaría a Torla.


Una vez en el refugio recogemos las cosas y nos vamos contentos en busca del autobús, nos quedan todavía 3 horas de caminata.

Otra vez la misma situación, el cruce que indica bajar por senda o por las clavijas y me decido junto a Manolete, Datorllo y Toni bajar por las clavijas.

Aquí sufro lo que no esta escrito, no es lo mismo subir que bajarlas y se hace mas peligroso, pues mis manos empiezan a sudar y los eslabones de la cadena se resbalan haciendo que apriete con tanta fuerza que ahora mismo tengo dolorido la parte de los callos y un moratón en la pierna de apretar contra la pared, pero todo sea por complacer a los compañeros que no pudieron subir ayer y me toca acompañar ahora. Tan solo de pensar que días antes un senderista se mato bajando por aquí, por el mismo motivo (se le resbalo la mano en la cadena) me bloqueaba mas.


En fin ya esta toda la historia y posiblemente el año que viene mas.

Ultra Cavalls del Vent 2012


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